Ha pasado ya mucho tiempo desde mi última publicación y es que, como dijo Bécquer,
"cuando siento no escribo".
¿Para qué escribir? Si eres feliz aprovecha esos momentos que te hacen
serlo, aprovecha cada segundo de tu vida como si fuera el último, somos gotas
que caen de una nube, no sabemos cuándo chocaremos, dónde llegaremos, no
sabemos nada.
Y yo soy feliz. Sí, lo soy. Y estoy orgulloso de ello, como deberías estarlo
tú, quien estés leyendo esto, porque tienes que ser feliz.
La felicidad se encuentra dónde uno menos se espera, nada está perdido nunca
y mucho menos hay nada imposible, o casi nada. Nunca pierdas la esperanza, aférrate
a lo poco que tengas, lucha, sé fuerte, no tires la toalla.
Escribo esto porque sé que hay muchas personas que necesitas un pequeñito
empujón en sus vidas, muchísimas, y que es fácil salir de los baches, solo hay
que proponérselo.
Concluyo esto refiriéndome a una persona, que se dará por aludida al leer esto,
que ha luchado siempre por lo que ha querido y que lo ha pasado mal. Esa
persona ha conseguido que yo sea feliz y yo intento que ella lo sea. Esa
persona es mi modelo a seguir. Y seguro que sacarte una sonrisilla de más no
viene mal. Te quiero.
Ahora a luchar por lo que nos queda. Yo lucharé por mis estudios, es mi
situación. Tú, quien lea esto, lucha por lo que quieras, aférrate a lo que
puedas y lo conseguirás.
Eres tú quien debes terminar este texto, mi texto, tu texto...